Colón es de esos municipios en donde la dinámica política muchas veces no se entiende, y para ejemplo basta el botón de Gaspar Trueba, el aspirante a alcalde por la vía independiente.

El mismo que tiene en fórmula como segunda regidora a su señora esposa. Justo ese, ¿ya lo ubicó?

Voy directo al grano, a donde le digo que de plano ocurren cosas que uno no se explica.

El exempleado de la oficina del Trabajo en Querétaro aseguró hace unos días, mediante sus redes sociales, que es un hombre limpio y sin antecedentes de haber causado perjuicio al “erario público” (normalmente el erario ya es público).

Pero los hechos no coinciden con las palabras, pues Trueba se ha allegado de perfiles cuestionables de cara a los próximos comicios.

Uno de ellos usted lo recordará muy bien. Fue detenido hace unos meses por la Policía Estatal. Don Juan Carlos Montes Frías, entonces director de seguridad pública de Colón, se encontraba conduciendo un auto con vidrios polarizados (hecho sancionable) y, lo más delicado, manejando en estado de ebriedad. Cuando los oficiales de la corporación del estado le marcaron el alto y procedieron a la revisión, se percataron de que venía en compañía de una dama y de varias bebidas alegres. Terminó en la Fiscalía.

Hoy Juan Carlos Montes Frías es uno de los hombres de confianza de Trueba, de hecho se ha vuelto un fanático seguidor de Gaspar en las redes. No deja de darle el clásico “like” a cualquier publicación.

Pero no solo eso, también le acompaña en el camino político la señora Celia Almaraz, quien laboró en las gestiones de Víctor Alonso y Alejandro Nieves, destacando por bajar recursos….para su familia. Dicen los que saben, que se quedó con un dinerito que la gente le llegaba a entregar para la restauración del templo. ¡Qué bajeza!

Bien, pues estos son los alfiles de Gaspar Trueba, el que tiene documentos que prueban que nunca ha hecho mal.

Insistimos: las palabras no coinciden con la realidad.